La participación esencial de las mujeres juristas

El Día Internacional de la Mujer (en otros tiempos de la mujer trabajadora) que conmemoramos cada 8 de marzo, nace para concienciar o reivindicar para las mujeres la igualdad efectiva de derechos.

Así, después de más de un siglo de su conmemoración tenemos mucho que celebrar repasando el camino andado, pero también reflexionar sobre aquellos aspectos en los que debemos seguir avanzando. El futuro merece una reflexión seria, no centrada en lo superficial, serena, sin confrontaciones y carente de estridencias. Una reflexión que nos lleve a tomar decisiones con el objetivo real de alcanzar la igualdad de iure y de facto. 

Es frecuente en torno a este día, rememorar tiempos pretéritos en los que las mujeres teníamos limitados muchos derechos, recordando cada uno de los injustos tratos que las normas amparaban, avalando así la indiscutible desigualdad de iure de otra época. En mi opinión ésta es una jornada en la que debemos celebrar y recordar todo lo que las mujeres hemos avanzado, en un lapso de tiempo relativamente breve, en materia de igualdad y recordar la esencial participación de mujeres juristas en el cambio. Hoy es día de hacerlas justicia a ellas, verdaderas protagonistas, y a todas las mujeres que rompieron barreras para alcanzar sus aspiraciones.

España fue de los primeros países de Europa en reconocer el derecho al voto femenino, en octubre de 1931, con las conocidas posturas contrapuestas de la liberal Clara Campoamor, firme defensora del reconocimiento inmediato del derecho al sufragio activo, y las socialistas Victoria Kent y Margarita Nelken, partidarias de aplazar el voto femenino, manteniendo que carecíamos de preparación, por meras cuestiones de oportunidad política.

El futuro merece una reflexión seria, no centrada en lo superficial, serena, sin confrontaciones y carente de estridencias. Una reflexión que nos lleve a tomar decisiones con el objetivo real de alcanzar la igualdad de iure y de facto

En 1958, la jurista Mercedes Formica -en un periodo de nuestra historia, recordémoslo, en la que estaban limitados los derechos tanto de mujeres como de hombres -, consiguió la reforma del Código Civil, limitando los poderes casi absolutos que tenía el marido para administrar y vender los bienes del matrimonio, sustituyéndose el concepto “casa del marido” por el de “vivienda común del matrimonio”. Esta jurista, que se ganó el apodo de “Refórmica” también consiguió eliminar la figura degradante del “depósito de la mujer” (figura ya existente en la ley del divorcio de 1932, en su art 44) por la que el marido debía “depositarla” en casa de los padres y que las mujeres viudas que volvieran a contraer matrimonio no perdieran la patria potestad sobre sus hijos.

La Ley 14/1975 de 2 de mayo, fruto del tesón de la abogada María Telo, reconoció la plena capacidad de obrar de la mujer casada, al establecer que el matrimonio no restringe la capacidad jurídica de ninguno de los cónyuges y suprimió la licencia marital y el deber de obediencia a la autoridad del esposo. 

Fueron muchas las mujeres que nos abrieron una senda por la que otras hemos transitado ya expedita, su determinación, su esfuerzo, su valía bien merecen que hoy sean recordadas con cariño y admiración como María Ascensión Chirivella, que en 1922 se convirtió en la primera mujer abogada. María de los Ángeles Torcida, Carmen Bono, Beatriz Blesa y Cecilia Puente que en 1941 abrieron el camino de las mujeres en el Cuerpo de Registradores. En 1942, Consuelo Mendizábal se convierte en la primera notario de España. Belén del Valle, la primera mujer en la Fiscalía en 1974 y en 1977, Josefina Triguero la primera Juez de España.

Estas mujeres fueron grandes feministas, atendiendo a la reseña que de la palabra “feminismo” hace el diccionario de la Real Academia, que lo define como “principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre”. Con esa académica definición del feminismo, yo me identifico, sin aristas, ni recovecos, sin ánimo revanchista y sobretodo sin banalizar un principio que debe ser rector de nuestra sociedad.

Sirva el Día Internacional de la Mujer para no olvidar como se alcanzaron cotas de igualdad, sirva también para reflexionar sobre el presente y el futuro de la Igualdad real.

 

Yolanda Ibarrola de la Fuente