Vivimos unos tiempos muy convulsos, difíciles, inciertos. Tiempos en los que puede pasar de todo, ya casi no nos sorprendemos de nada y consideramos que todo es posible. Todo ello contribuye al hartazgo de los españoles, a la polarización, esa palabra que está tan de moda, pero también al pasotismo y, en muchos casos, a una cierta narcotización de la sociedad. Muchos piensan qué van a hacer.

Pero tenemos algo que nos une, la Corona, tenemos a alguien que nos une, el Rey de España, Felipe VI. Cada vez más valorado por los españoles. Dice la Constitución, en el artículo 56 que “el Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes”.

En estos momentos, Felipe VI es un auténtico símbolo de unidad para los españoles, sean del pensamiento que sean. Allá donde va hay esperanza, que falta hace, y no sólo porque estemos en el jubileo de la Esperanza. Muchas personas se acercan al rey, quieren hablar con él y contarle lo que les pasa. Y pasar… pasan muchas cosas y muy deprisa. Cuando el rey aparece en algún sitio, bien sea en algún acto programado o, simplemente, cuando pasea por la calle como cualquier ciudadano, la gente se le acerca. Y se muestra feliz por poder hablar con los españoles. Demuestra cercanía. Una cercanía que los ciudadanos necesitan.

En estos momentos, Felipe VI es un auténtico símbolo de unidad para los españoles, sean del pensamiento que sean. Allá donde va hay esperanza, que falta hace, y no sólo porque estemos en el jubileo de la Esperanza. Muchas personas se acercan al rey, quieren hablar con él y contarle lo que les pasa. Y pasar… pasan muchas cosas y muy deprisa. Cuando el rey aparece en algún sitio, bien sea en algún acto programado o, simplemente, cuando pasea por la calle como cualquier ciudadano, la gente se le acerca. Y se muestra feliz por poder hablar con los españoles. Demuestra cercanía. Una cercanía que los ciudadanos necesitan

Hace unas semanas pudimos ver esa cercanía en la entrega del Premio Gumersindo de Azcárate de los Registradores de la Propiedad, en el Casino de Madrid. Un premio para el Poder Judicial que recogió su presidenta, Isabel Perelló. Allí estaba todo el mundo de la Justicia, y del periodístico. Don Felipe habló y se fotografió con todos. Y escuchó. Un día un tanto convulso porque se acababa de conocer el informe de la UCO sobre el diputado y número 2 del PSOE, Santos Cerdán, y todos los indicios que le involucraban en una trama de corrupción, en el Caso Koldo. Con grabaciones incluidas. Y en el ambiente planeaban los ataques políticos de los últimos tiempos al Poder Judicial.

Ese acto fue un apoyo a jueces y fiscales, al Poder Judicial. Desde el discurso de la presidenta Perelló hasta el del rey de España. Voy a recordar palabras textuales. Dijo el rey que “reconocer el Poder Judicial es reconocer y celebrar estas casi cinco décadas de historia democrática. Un tiempo de convivencia, de derechos y libertades, de progreso económico y mejora del bienestar social, que ha sido posible porque nuestros jueces y magistrados velan por ese principio sobre el que reposa nuestra arquitectura institucional y nuestra conciencia ciudadana: el principio de igualdad ante la ley”. La ovación fue inmensa.

Muchos políticos, y no quiero generalizar, deberían releer estas palabras y pensar sobre ellas, porque estamos viendo, con determinadas decisiones desde algún tribunal, que no es poder judicial, que no todos los españoles son iguales ante la ley. Y muchos políticos, tampoco quiero generalizar, no deberían olvidar que están al servicio de los ciudadanos, al servicio de un país, del bien común. Necesitamos un Poder Judicial Independiente, no al servicio de nadie. También necesitamos un rey como el que tenemos, como Felipe VI, que es quien nos une. Y en este momento más que nadie.

Patricia Rosety