Este año celebramos el 160 aniversario de la Ley Hipotecaria que creó el Registro y la figura del registrador. Desde su promulgación, esta profesión se ha ido adaptando a las nuevas necesidades que han ido surgiendo en nuestra sociedad, tanto desde el punto de vista jurídico, técnico como social.
Uno de los más importantes avances que se ha producido ha sido, precisamente, en el ámbito de las personas que ejercemos esta función. Y es que hasta el año 1941 no hubo una mujer registradora. Desde entonces, cada vez somos más las que hemos accedido a esta profesión, produciéndose el punto de inflexión en el año 1988, promoción a la que pertenezco y que fue la primera en lograr que el 50% de las aprobadas fuésemos mujeres. A partir de esa fecha, la progresión ha sido imparable y ello se ve reflejado también en el ejercicio de los cargos representativos del Colegio de Registradores, con una decana nacional y ocho decanas territoriales.
Sirva el día 8 de marzo, en este ámbito, para reivindicar que todas las mujeres puedan optar a la profesión que deseen, desarrollarla en condiciones de igualdad y acceder a los puestos de poder y toma de decisión, bajo los principios de mérito y capacidad.
Alicia López-Tormos Pascual