Tras concentrar todos nuestros esfuerzos en salvar la crisis sanitaria sin merma de la función registral, que no se ha visto interrumpida en ningún momento pese a las difíciles circunstancias personales y profesionales de todos conocidos, es ya el momento de levantar la mirada hacia otros horizontes.
Avanzado el proceso de vacunación, que pronto alcanzará a la totalidad de la ciudadanía, es el momento de retomar los proyectos de transformación que el siglo XXI nos requiere. Para ello, desde la Comisión del 160 aniversario de la Ley Hipotecaria, o desde Espacio Registradores seguimos analizando los retos de la sociedad actual, con sus posibles soluciones registrales. La Institución Registral tiene a gala estar abierta a la sociedad, sin temor a la evolución que demandan los tiempos actuales y futuros. Propuestas renovadoras son las de Pía Calderón o las de Sergio Nasarre a los que escuchamos con atención a través de estas páginas.
Nuevos proyectos nos ofrecen la ministra de Hacienda, M.ª Jesús Montero, el secretario general para la Innovación y Calidad del Servicio Público de Justicia, Borja Vargues, y la secretaria general técnica del Ministerio de Justicia, Paula Novo. Los registradores estamos comprometidos con la mejora continua del servicio registral, no son palabras son hechos contrastados.
Hace sólo tres años, se nos pidió que pusiéramos en marcha en cada Registro Mercantil el Registro de Titularidades Reales, con la finalidad de dar cumplimiento a lo requerido por la IV Directiva de Blanqueo de capitales, y que la V Directiva ratificó. En marzo se aprobó en la OM de depósito de cuentas y en octubre estaba en pleno funcionamiento. Desde ese momento las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, los jueces y fiscales, el SEPBLAC, y todos los órganos que velan por la legalidad, tienen a su disposición un potente instrumento: un registro completamente actualizado, al menos una vez al año, haya o no actividad societaria en dicho periodo de tiempo, fundado no en meras manifestaciones, sino en declaraciones emitidas por los administradores de la sociedad bajo su responsabilidad, incluso penal. Recogiendo no sólo las titularidades reales directas, sino también las indirectas y las asimiladas, e incluso dando un paso más adelante las sociedades que están en la cadena de control de otras sociedades. Un instrumento decisivo, que ya está siendo valorado muy positivamente por el GAFI (sólo está operativo desde hace dos años y medio), y que la Fiscalía Europea podrá utilizar en breve.
Este registro pasará a integrarse, si esa es la decisión del Gobierno, en el que se llevará en el Ministerio de Justicia, donde todos sumaremos y donde nadie sobra cuando hablamos de paz, seguridad y erradicación del delito.
Esa misma colaboración es la que brindamos para los proyectos de modernización de la Administración de justicia que pilota el ministerio. La resolución extrajudicial de los conflictos, es el anhelo de una Institución como la registral llamada a prevenirlos, a dar seguridad jurídica. La conciliación registral, o la mediación son cauces de colaboración para esta tarea marcada como prioritaria por nuestros gobernantes.
Los meses de pandemia han puesto a prueba la digitalización de los servicios públicos. La Institución Registral ha visto en ello una oportunidad para acelerar este proceso hace tiempo iniciado, ofreciendo ya a través de la web registradores numerosos procedimientos totalmente telemáticos, especialmente en el ámbito mercantil. La digitalización es nuestro objetivo, dar a los ciudadanos los servicios que requieren del modo que demandan, sin perder nunca de vista que el procedimiento registral requiere de la ponderación de los intereses de las partes con los terceros, sin que ningún algoritmo pueda sustituir la intervención del profesional: el registrador.
También las Comunidades Autónomas están acometiendo proyectos renovadores, entre ellas la Comunidad Autónoma de Andalucía, a la que prestamos estas páginas para que su presidente nos convoque a todos en esa tarea.
Esta transformación debe contar con el lenguaje. No podemos olvidar la fuerza conformadora o destructora de nuestros mensajes, debiendo utilizarla para acercar las instituciones a la ciudadanía. Por ello, los registradores hemos querido reconocer a Álex Grijelmo con el Premio Gumersindo de Azcárate, con él se pone en valor la importancia de la palabra como instrumento para la convivencia.
Sin cultura ningún cambio perdurará en el tiempo. La cultura nos ancla a los valores, y estos nos reconducen al ser humano cuya esencia permanece inalterable. Reconocemos a intelectuales como Andrés Trapiello o Javier de Lucas, que indagan en el fondo de los fenómenos que la vida cotidiana, a través de sus ciudades o del cine, nos muestran, en una reiterada vuelta a las últimas preguntas.
Por último, nuestra gratitud a todos aquellos que han aceptado la medalla de Honor del Colegio. Son, todos ellos, personas que han hecho del servicio a la ciudadanía el eje de sus vidas. Siendo una constante en las distintas responsabilidades a los que la vida les ha llevado. Decía Concepción Arenal que “el mejor homenaje que puede tributarse a las personas buenas es imitarlas”. Valga esta revista como atalaya desde la que difundir su labor.