“El éxito es cumplir con las responsabilidades, no siempre se trata de ganar”
Don Vicente del Bosque es uno de los más ilustres y reconocidos protagonistas de la historia española reciente. Nacido en Salamanca, el 23 de diciembre de 1950, tiene una amplísima trayectoria profesional ligada al mundo del fútbol, como jugador (1970-1984), entrenador (1987-2016) y seleccionador nacional (2008-2016). Vinculado desde el inicio de su carrera al Real Madrid, Vicente del Bosque ganó, siendo jugador, 5 ligas y 4 Copas de España y como entrenador, cuenta, entre otros títulos, con una Copa del Mundo, una Eurocopa, dos Ligas de Campeones y dos Ligas. Es el único entrenador que ha ganado la Copa Mundial de Fútbol (2010), la Eurocopa (2012) y la Liga de Campeones de la UEFA (1999-2000 y 2001-2002). Además, ha sido distinguido con la Gran Cruz de la Real Orden del Mérito Deportivo, la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo y el Marquesado de Del Bosque, concedido en 2011 por S.M. el Rey Juan Carlos.
Casado y padre de tres hijos, disfruta de la gran satisfacción personal de haber ganado a pulso el respeto, el cariño y la admiración unánimes de compañeros y público de todas las edades. Participa habitualmente en medios de comunicación y comparte generosamente sus conocimientos, anécdotas y reflexiones sobre deporte, liderazgo y valores con profunda inteligencia y fino sentido del humor. Tuve la oportunidad de coincidir con él en una conferencia sobre gestión de equipos en la que impresionó a los asistentes por su brillantez y carisma. Charlar con él es un privilegio, porque a su veteranía se unen un carácter afable, una sencillez, naturalidad y simpatía propias de las grandes figuras que graban su nombre en los libros de Historia.
Le traslado el extraordinario interés que para nuestra revista tiene su trayectoria vital y profesional, y el paralelismo que existe entre la carrera deportiva y la nuestra, en la medida en que son prioritarios la constancia y el esfuerzo para obtener los resultados esperados. A continuación, me permite hacerle unas preguntas confiando en mi prudencia y buen criterio.
Un día después del derbi que enfrentó en Liga al Real Madrid con el Atlético y en el que el equipo blanco salió reforzado con una victoria importante a todos los niveles, una vez más se comprueba que en todas las cafeterías, foros, medios de comunicación y redes sociales no se habla de otra cosa. ¿Qué cree que tiene el fútbol que se convierte en el tema de conversación de toda una multitud, que es fielmente seguido por público de todas las edades, y en todos los países del mundo?
El fútbol es un fenómeno mundial. Es un deporte, y como tal, con un componente competitivo que resulta interesante y atractivo, que tiene eco mediático y amplísima difusión. Pero también tiene componentes didácticos y formativos, que completan la educación de los más jóvenes, por lo que tiene una gran importancia. Cosa distinta es que, más tarde, uno decida dedicarse profesionalmente al fútbol, cuestión mucho más improbable. Esos son casos minoritarios, y requieren algunas aptitudes añadidas a la mera afición.
Pero lo que hace al fútbol tener eco a nivel mundial y que todos se sientan parte del equipo es que tiene mucho parecido con la vida ordinaria. Hay que aprender a ganar y a perder, hay que ser generoso, respetuoso, hay que ser humilde, estar preparado… y tener un poco de suerte. Igual que en la vida.
Y ¿cómo ve al Real Madrid esta temporada?
El equipo atraviesa un buen momento, tiene una regularidad que es muy importante para el club y hay que seguir manteniendo.
Usted ha dedicado prácticamente toda su vida profesional al Real Madrid. ¿Ha sido su única empresa como profesional?
Prácticamente, sí. Llegué a Madrid con 17 años para vivir una aventura, y en el Madrid he permanecido 36 temporadas, a pesar de haber sido cedido en alguna ocasión al Castellón y al Córdoba. En el Club nos formaron, en valores y técnicamente como jugadores, y ahí he desarrollado mi vida profesional.
“Lo que hace al fútbol tener eco a nivel mundial y que todos se sientan parte del equipo es que tiene mucho parecido con la vida ordinaria. Hay que aprender a ganar y a perder, hay que ser generoso, respetuoso, hay que ser humilde, estar preparado… y tener un poco de suerte. Igual que en la vida”
¿Tuvo usted un ambiente futbolero familiar de niño?
Sí, mi padre era socio de la Unión Deportiva Salamanca, y a mí lo que me gustaba era jugar al fútbol de chaval en la plazuela, y venirme a Madrid fue una aventura. Una sorpresa, una novedad muy ilusionante. Llegué con 17 años, y entonces, salir de casa y del entorno familiar para venir a Madrid era un paso muy importante, que entonces me costó y me supuso un esfuerzo. Pasé de ser un chaval que se divertía jugando al fútbol, a tener responsabilidades profesionales.
¿Ha sido usted feliz en esta trayectoria plagada de éxitos?
Sí, soy un privilegiado. He sido feliz, tanto en mi etapa de jugador como en la de entrenador.
¿Cómo definiría el éxito?
El éxito es cumplir con las responsabilidades, no siempre se trata de ganar. Nosotros hemos tenido tropiezos, y también hemos sido Campeones del Mundo. Y por supuesto hay un margen de suerte en toda trayectoria vital y profesional, es innegable. Y hay cientos de equipos y de jugadores que aspiran a ganar el título, todos muy preparados, y es muy difícil ganar. Y ganar siempre, es imposible.
¿Cuáles son sus recuerdos más vivos de su etapa como jugador?
Lo más satisfactorio, ha sido poder permanecer durante 36 temporadas en el club. Ha habido muchos recuerdos, de cada uno de los títulos conseguidos. Fueron 5 Ligas y 4 Copas, más 2 Ligas y 2 veces campeones de Europa más como entrenador… y de cada una de estas ocasiones guardo recuerdos y emociones. En la Copa del Rey del 74, por ejemplo, veníamos de perder 0-5 contra el FC Barcelona, y se consiguió remontar el resultado, goleando al Barcelona en el Calderón y terminando con un resultado de 4-0.
¿Y como entrenador de la cantera?
Fueron años muy satisfactorios, en los que uno llega a pensar que resulta imprescindible. Había momentos muy bonitos.
¿Es suya la frase “Ni un balón de oro vale tanto como la estima de tus propios compañeros”?
Sí, es lo que pienso. El afecto y el reconocimiento de los compañeros es especial, es un premio que tienen algunos jugadores por su carisma y sus valores. Es cierto que hay otros grandes jugadores con mucho talento, pero por su carácter y quizá por su forma individualista de ser no gozan de ese reconocimiento del grupo. Siempre se mantienen en el tiempo ese tipo de actitudes, no es algo que haya cambiado a lo largo de los años. Sin embargo, pienso que los que tenemos responsabilidades públicas, estamos en el escaparate y tenemos obligaciones morales y una ejemplaridad que transmitir.
“Pienso que los que tenemos responsabilidades públicas, estamos en el escaparate y tenemos obligaciones morales y una ejemplaridad que transmitir”
¿Cómo se gestiona un equipo tan complejo como el vestuario del Real Madrid? ¿Qué define a un buen entrenador?
Desde luego, buscar la normalidad, controlar al vestuario de la mejor manera posible y con la máxima naturalidad, sobre todo dando ejemplo, siempre con una base de conocimiento técnico. Los jugadores enseguida te “calan”, por lo que se debe actuar con diplomacia, temple y buscar su confianza. Es importante que crean lo que uno les dice.
¿Y las críticas? ¿Cómo se gestionan las críticas?
Si vienen de los medios de comunicación, siempre digo que no se puede vencer a nadie, cada uno tiene su opinión de los asuntos, y no puedes pretender modificarla siempre. Además, estamos expuestos a esas críticas. Y si las críticas son internas, del propio equipo, hay que utilizar la prudencia y la discreción para gestionarlas.
¿En su familia ha seguido la tradición futbolera entre sus hijos?
De mis tres hijos, solamente Álvaro, el mediano, mantiene esa afición, y juega los fines de semana con su equipo.
No me resulta fácil despedirme de un hombre como Don Vicente del Bosque. Pero sería abusar de su generosidad extenderme mucho más. Le agradezco de corazón que se haya prestado a esta entrevista y contestado extensamente, como ha hecho, y nos despedimos cariñosamente. Indudablemente, Del Bosque forma parte de la élite cultural y deportiva españolas, es un referente indiscutible por sus ideas y por los valores que defiende y que representa. En algunas de las entrevistas que he leído se destacaba que la Roja de Del Bosque fue ejemplar en cuanto a comportamiento y juego limpio, algo que como entrenador, le enorgullece. Para él, el deporte y la vida son una sana competición en la que se combinan compañerismo, honestidad, humildad, equilibrio, generosidad, respeto, elegancia y belleza. Charlando con Don Vicente le viene a uno aquella famosa frase que se atribuye al futbolista inglés Bill Shankly, y es que “algunos creen que el fútbol es solo una cuestión de vida o muerte, pero es algo mucho más importante que eso”.
Rosario Jiménez