En septiembre, los registradores de la propiedad, mercantiles y de Bienes Muebles de España tuvimos una nueva cita para escuchar lo que la sociedad espera de nosotros en estos nuevos tiempos. En Valladolid, la sede de nuestro Congreso Nacional de Registradores 2021, y bajo la presidencia de honor de S.M. el Rey Felipe VI, quisimos reivindicar nuestra mejor y más útil forma de ser en este Siglo XXI, siempre y sólo para servir a la sociedad.
El servicio público inspira nuestra actuación, siempre con la máxima dedicación en nuestro trabajo y la confianza puesta en la seguridad jurídica que genera el funcionamiento diario de los Registros de toda España. Los registradores somos conscientes de que, sólo desde lo que somos y debemos ser (profesionales jurídicos con una formación continua) y, en el mundo tecnológico en el que vivimos, seremos útiles a la sociedad que servimos, protegiendo los derechos e intereses de los ciudadanos.
Este año el congreso ha versado sobre humanismo y tecnología, y se ha celebrado en el marco del 160 aniversario de la Ley hipotecaria, que ha dado durante todos esos años estabilidad a la seguridad jurídica de nuestro país, basándose en los mismos principios que la inspiraron a finales del Siglo XIX.
Sin pretender descifrar ese binomio humanismo/tecnología de nuestra condición, tan solo hemos querido debatir sobre lo que creemos será indispensable para ser mejores registradores. Sobre la necesidad de que ambos mundos: el tecnológico y el del humanismo vayan de la mano para una mejora continua de la sociedad.
Con ese objetivo desgranamos en diferentes escenarios los lugares en los que queremos estar y que consideramos esenciales en este Siglo XXI: hablamos de ética y tecnología con la esperanza de poder seguir siendo en el mundo binario y/o algorítmico que nos alberga más compasivos, altruistas y bondadosos de lo que éramos cuando la técnica no nos acompañaba en la aventura. De darle a la dimensión humana del trabajo la importancia y la esencialidad que tiene.
Tratamos de mostrar cómo serán y de hecho, ya son, las profesiones jurídicas, espejo en el que nos vemos reflejados, con especial referencia a las habilidades blandas (soft skills) que los servidores públicos del futuro deberán atesorar: empatía, resiliencia, creatividad, capacidad de reflexión y de deducción.
Nos centramos en la necesidad de situarnos en la piel de los demás, qué quieren, qué necesitan, serán los estímulos del fututo, la empatía emocional frente a la cognitiva, la cortesía vital como forma de servir públicamente, todo ello en relación con los nuevos retos tecnológicos que se plantean en nuestros tiempos como la inteligencia artificial, la privacidad y la ciberseguridad.
Tenemos muy presente que este año celebramos un aniversario muy significado, ya han pasado 160 años desde que se promulgara la Ley Hipotecaria que nos vio nacer, y su papel social sigue hoy tan vigente como entonces, si bien con los retos que toda la sociedad tiene planteados, en línea con los nuevos valores que suponen los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la España vaciada y el Medio Ambiente.
En definitiva, para los registradores Valladolid fue una experiencia única para escuchar lo que la sociedad española quiere de nosotros, cómo podemos seguir sirviendo a los ciudadanos españoles para proteger sus derechos e intereses como lo hemos hecho durante los 160 años de vigencia de la Ley Hipotecaria.
Desde nuestra Institución solo podemos expresar agradecimiento a todos los ponentes y autoridades que nos acompañaron. En el ámbito local, el alcalde Óscar Puente; en el autonómico, el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y en el ámbito nacional la ministra de Justicia, Pilar Llop y su equipo, con mención especial a la implicación de la directora general de Seguridad Jurídica y Fe Pública, Sofía Puente, que quiso acompañarnos de forma permanente durante todo el Congreso.
La semana posterior al encuentro de Valladolid, un acontecimiento de primera magnitud, como fue la erupción del volcán de Cumbre Vieja, en la isla de La Palma, nos dio la posibilidad a los registradores de trabajar de forma inmediata al servicio de las personas que habían perdido su vivienda devorada por la lava. Una catástrofe natural que crea un importante desafío y que los registradores desde el Colegio y desde el decanato de las Islas Canarias, no han escatimado esfuerzos para trabajar estrechamente con las autoridades y a favor de los damnificados. En tiempo récord se habilitó en la página web corporativa un geoportal en el que los afectados por la erupción del volcán de La Palma, pueden conocer el alcance de la erupción sobre sus inmuebles, y, en caso de estar afectados, recibir información sobre sus derechos inscritos, así como solicitar de forma gratuita e inmediata las certificaciones registrales que permitan acreditar la titularidad de sus inmuebles para obtener futuras indemnizaciones o ayudas.