Querida ministra, decana del Colegio de Registradores de España, demás autoridades, permítanme que mencione, entre las muchas que hay, a mi querida compañera Vicky, presidenta del Consejo General de la Abogacía, y que durante 20 años fue mi profesión.
Estaba sentado en el patio de butacas y miraba esta imponente escenografía, moderna y tecnológica, que contrasta tanto con el clasicismo de este teatro, y trataba de recordar la cantidad de veces que me he subido a este escenario. Desde luego, en ocasiones de lo más variopintas, yo fui once años actor, ya como alcalde pisé estas tablas muchas veces, como alcalde he tenido oportunidad de subirme a este escenario en infinidad de ocasiones importantes para la ciudad como la Gala de la Policía Municipal, la entrega de la Medalla de Oro a Concha Velasco, en fin, el Festival Internacional de Cine… Si me llegan a decir a mí que yo me iba a subir aquí a inaugurar el Congreso de Registradores de España después de un imitador, un terapeuta emocional y la decana del Colegio de Registradores, la verdad es que no me lo hubiera creído, esto ya marca un hito difícil de superar en el futuro.
La circunstancia en mi caso es hoy tremendamente rara, porque subo aquí también para dirigirme a un colectivo con el que nunca tuve ninguna vinculación más allá de la profesional, con mi ejercicio de la abogacía, pero, lo hago siendo el hermano de la directora general, de lo que para mí siempre fue Registros y Notarías y que hoy es una cosa que tiene un nombre un poco más raro que les confieso no recuerdo del todo. También, dentro de esas extrañas circunstancias, este verano mi hija de catorce años nos desveló, nada que tenga que ver con ninguna cosa escabrosa, que quería ser registradora de la propiedad, una vocación que a los catorce años no es muy frecuente, pero, en fin, parece que todo, últimamente, me lleva a este colectivo.
Y como el introductor decía que daba paso a lo institucional, y lo institucional todos sabemos que es lo aburrido –lo tenemos complicado los que hablamos después del imitador y del terapeuta-, yo voy a ir al grano.
“Sois uno de los agentes garantes de un derecho constitucional como es la seguridad jurídica, consagrado en el 9.3 de la Constitución y, por lo tanto, tenéis una función tremendamente importante en el mundo que corre”
Lo primero, gracias, gracias por haber elegido esta ciudad. Yo creo que habéis elegido bien, espero que os encontréis realmente en vuestra ciudad los próximos tres días, y que cuando os vayáis los hagáis con ganas de volver. Nosotros nos vamos a esforzar porque sea así. Segundo, gracias también por la sensibilidad. Tenéis un cometido importantísimo. Mucha gente no sabe el cometido que tienen los registradores, pero es fundamental. Vosotros sois uno de los agentes garantes de un derecho constitucional como es la seguridad jurídica, consagrado en el 9.3 de la Constitución y, por lo tanto, tenéis una función tremendamente importante en el mundo que corre. Y sensibilidad por el tema: humanismo y tecnología; yo creo que es la gran disyuntiva en este momento, es decir, no sabemos hasta qué punto el humanismo y la tecnología son conciliables y de esa batalla probablemente dependa, en buena medida, el futuro de la humanidad, pues afecta a todo, afecta a las relaciones de los ciudadanos con vosotros, con vuestra institución, y me parece que el tema no puede estar mejor elegido.
Y ya como anfitrión, decirles que en los próximos días van a estar ustedes, si el estupendo programa del Congreso les deja un poco de tiempo, espero que sí, en una ciudad en la que nació Felipe II, murió Cristóbal Colón, se casaron los Reyes Católicos, vivió Cervantes y escribió una parte importante de su obra, y aún pervive su casa en perfecto estado. Es decir, aquí tienen ustedes, si tienen curiosidad por la historia, mucha historia que ver. Pero también están ustedes en la capital del mundo del pincho y de la tapa, lo siento por San Sebastián, pero esto es así, y en la sede de cinco denominaciones de origen vinícolas de España, única provincia de la península. Cuando digo de España, los canarios se enfadan porque Tenerife tiene ocho, pero lo cierto es que Valladolid es la única de la península que tiene cinco, de manera que si ustedes se aburren estos próximos tres días, entre el programa y lo que la ciudad ofrece, no tienen ustedes arreglo. Así que, piénsenlo, diviértanse, pásenlo bien, disfruten de la ciudad, y disfruten del magnífico programa que ha preparado el Colegio de Registradores para ustedes.