Tras la toma de posesión de la nueva promoción de registradores, la cifra de mujeres trabajando al frente de un Registro supera por primera vez en la historia a la de hombres.
Los cuarenta y seis nuevos registradores, que aprobaron la oposición al Cuerpo de Registradores de la Propiedad, Mercantiles y de Bienes Muebles juraron o prometieron sus cargos en un solemne acto que tuvo lugar en el Paraninfo de la Universidad Complutense. En representación del Ministerio de Justicia estuvieron presentes el secretario de Estado de Justicia, Tontxu Rodríguez, y la directora general de Seguridad Jurídica y Fe Pública, Sofía Puente Santiago. Con la incorporación de los integrantes de esta nueva promoción, se produce por primera vez el hecho de que hay más mujeres que hombres al frente de un Registro.
El secretario de Estado de Justicia destacó la labor de los registradores como servidores públicos, señalando que “aportáis seguridad y certeza en el tráfico jurídico”. Además, les animó a seguir avanzando en la digitalización, en la que “siempre habéis estado a la vanguardia, para no quedarse atrás”.
Sofía Puente: “Nadie mejor que vosotros para potenciar el fortalecimiento del espacio jurídico europeo a través de las asociaciones europeas de registradores de la propiedad y mercantiles”
La directora general de Seguridad Jurídica y Fe Pública, Sofía Puente, dio la enhorabuena a todos los registradores que juraron el cargo y recordó que se trata de una promoción que toma posesión bajo la presidencia española del Consejo de la Unión Europea, “por lo que nadie mejor que vosotros para potenciar el fortalecimiento del espacio jurídico europeo a través de las asociaciones europeas de registradores de la propiedad y mercantiles”.
En el acto la decana del Colegio de Registradores, María Emilia Adán, se dirigió a los nuevos registradores señalando que “iniciáis vuestro camino registral con la transformación que supone el tránsito del registro digital al electrónico, un gran desafío, transformar una Institución, sin que los principios que la informan sufran alteración alguna que suponga desnaturalizar una función ejemplar”.
También la decana se refirió al ejercicio de la función en zonas urbanas o rurales destacando que “serviréis oficinas en la España urbana y en la rural, esa es la grandeza de nuestra función, un servicio de calidad igual para cada ciudadano con independencia de su lugar de residencia”. Finalmente animó a los nuevos registradores a ser ejemplo en su comportamiento, señalando que “las personas públicas somos fuente de moralidad pública, debemos contribuir a generar en nuestro tejido social lo que los filósofos llaman cadenas de virtud”.
PERFIL DE LA NUEVA PROMOCIÓN
El perfil medio de los nuevos registradores responde a una mujer de 29 años, que ha preparado la oposición durante cinco años y medio, y que ha logrado la plaza en segunda convocatoria.
Por su origen, destacan los que proceden de Andalucía, seguidos de la Comunidad Valenciana y Castilla y León, que aglutinan conjuntamente a la mitad de los aspirantes presentados. Una amplia mayoría presenta un alto conocimiento de inglés como primer idioma extranjero.
En cuanto a su formación universitaria, uno de cada cuatro decidió cursar otros estudios después del grado o licenciatura en Derecho, optando tres de cada cuatro por el grado de administración y dirección de empresas.
María Emilia Adán: “Las personas públicas somos fuente de moralidad pública, debemos contribuir a generar en nuestro tejido social lo que los filósofos llaman cadenas de virtud”
De esta última promoción el 65% han sido mujeres, incrementándose respecto a la anterior convocatoria (57%). Las mujeres muestran una media de edad de 29 años y los hombres algunos meses más hasta acercarse a la treintena. La edad media global supera ligeramente los veintinueve años, por lo que se reduce casi en un año respecto a la anterior convocatoria. Casi dos de cada tres opositores tenían una edad inferior a 30 años, siendo los de menor edad tres aspirantes masculinos de 25 años, y el de mayor edad, un hombre de 50 años.
Si nos fijamos en el esfuerzo necesario para obtener la plaza, hombres y mujeres tardaron cinco años y medio en prepararse, oscilando dicho periodo entre un mínimo de uno y un máximo de trece años. De forma mayoritaria comenzaron la preparación inmediatamente después de finalizar sus estudios universitarios, consiguiendo su plaza en primera convocatoria uno de cada tres opositores, estando la media de superación de la oposición entre la primera y la segunda convocatoria.