Como decana autonómica de los registradores de Madrid en esta ocasión me corresponde despedir la XIV convocatoria del Premio Gumersindo de Azcárate en memoria de este ilustre jurista. Permítanme que las primeras palabras sean de enhorabuena y de felicitaciones al premiado, al Consejo de Estado en la persona de su presidenta. Institución básica, como ha quedado claro en los discursos de presentación del premio, del juego de poder y contrapoder de un Estado democrático de derecho, con una función consultiva de control de la legalidad y de armonización del ordenamiento jurídico básica para todos.
Quiero hacer también unas pequeñas palabras de reconocimiento al director de este premio, a todo su equipo en el Decanato de Madrid y en el Colegio Nacional de Registradores, por la ilusión y el empeño que ponen año tras año en la organización de este acto. Muchísimas gracias, Antonio.
Y solo me queda lo más importante, darles las gracias a todos por su presencia hoy aquí, acompañándonos en el empeño de los registradores de la propiedad, mercantiles y de bienes muebles de España y de Madrid, en celebrar el Premio Gumersindo de Azcárate desde el año 2007 para reconocer a las instituciones y a las personas que trabajan en favor del Estado democrático de derecho. Gracias por atender a nuestra invitación y por el cariño de su respuesta año tras año que nos permite reunir en un solo acto a las mayores instituciones de la administración pública estatal, autonómica y municipal, al poder judicial, al poder legislativo y, cómo no, a la sociedad civil. En este empeño seguimos trabajando, y desde aquí quedan convocados a la XV edición que será el próximo año, en la que esperamos contar con la asistencia de todos ustedes. Muchísimas gracias a todos por su presencia.