“Nuestro sistema de seguridad jurídica seguirá siendo uno de los mejor valorados a nivel mundial”


Javier Gómez Gálligo hace balance de sus más de tres años al frente de la Dirección General de los Registros y del Notariado, durante los que, afirma, “se ha realizado un importante avance en la consolidación del sistema de seguridad jurídica preventiva”. Su estrecha vinculación con la Revista Crítica de Derecho Inmobiliario y sus años de experiencia como presidente del Tribunal de Oposiciones son otras de las cuestiones abordadas durante la entrevista.


 

Se han cumplido más de tres años desde su nombramiento como director general de los Registros y del Notariado. ¿Cuál es, en grandes líneas, su balance de ese tiempo?

Creo que bajo la dirección del actual ministro de justicia Rafael Catalá se ha avanzado muchísimo desde la DGRN en la consolidación del sistema de seguridad jurídica preventiva. Se ha aprobado la ley de jurisdicción voluntaria, que tantas nuevas funciones han atribuido a notarios y registradores; la ley de coordinación Catastro-Registro que por fin ha incorporado la delimitación geográfica de las fincas a través de sus coordenadas y que permite extender la presunción derivada de la legitimación registral también a los datos físicos; la ley de concesión de nacionalidad a los sefardíes descendientes de España, a través de un sistema de acreditación por acta notarial; la nueva ley de nacionalidad por residencia y su reglamento ha permitido objetivar las pruebas de acceso a la nacionalidad en colaboración con el Instituto Cervantes y con los registradores de la propiedad que han participado en la gestión de los expedientes vía encomiendas. Se han sacado adelante las demarcaciones notarial y registral, para acomodarlas a las nuevas exigencias del tráfico jurídico actual. Se ha aprobado un Real Decreto de constitución de sociedades limitadas en formato estandarizado para agilizar la constitución on line de sociedades mercantiles. Se han aprobado numerosísimas instrucciones y resoluciones consolidando el sistema, en materias tales como legalización electrónica de libros societarios, depósitos de cuentas, interconexión de sociedades mercantiles a nivel europeo, comunicaciones electrónicas de notarios y registradores con el Ministerio de Justicia (lo que ha permitido resolver en tiempo real los concursos de notarios y registradores convocados con regularidad), acercamiento del programa de oposiciones de notarías y registros (en la parte de Derecho civil para facilitar la tarea de los opositores permitiendo el trasvase y convocatoria regular de las oposiciones…). No obstante aún quedan muchas cosas por culminar como el Reglamento del Registro Mercantil cuyo borrador ya está elaborado y la reforma del Real Decreto de comunicaciones entre notarios y registradores para la utilización de técnicas telemáticas. También está en tramitación la Ley de crédito inmobiliario que va a incrementar el control notarial y registral de la transparencia material y no abusividad de las cláusulas de los préstamos hipotecarios, factores necesarios para consolidar la eficacia del sistema hipotecario. El balance por tanto creo que es muy positivo.

Usted accedió a su cargo tras el nombramiento como ministro de Justicia de Rafael Catalá. Como director general, ¿qué implicaciones tiene en la política del Ministerio?

El director general de los Registros y del Notariado, encuadrado en la Subsecretaría del Ministerio, y bajo las instrucciones del ministro de Justicia, ejerce su competencia en materia de nacionalidad, recursos de estado civil, Registro Civil, fe pública notarial y registros de la propiedad, mercantiles y de bienes muebles. A ello hay que añadir el Registro de Fundaciones de ámbito estatal, el Registro de Actos de Última voluntad, el de seguros de cobertura de fallecimiento y el de mediadores. Esa competencia abarca el régimen de los cuerpos de notarios y de registradores, procesos de selección, provisión de puestos, régimen disciplinario, recursos de honorarios, así como la elaboración de proyectos en estas materias, en coordinación con la secretaría general técnica. Las competencias son así muy amplias, y el volumen de trabajo y expedientes desorbitado. Basta con enumerar que se resuelven cerca de 100.000 expedientes de nacionalidad por residencia, más de 600 recursos gubernativos contra calificaciones de registradores, 200 expedientes de designación de auditores y expertos independientes, y un largo etcétera.

Usted había sido letrado adscrito a la Dirección General de los Registros y del Notariado, lo que le sitúa como un gran conocedor de la Dirección General. ¿Qué le aportó esta experiencia en su nombramiento?

He sido y conservo mi condición de letrado adscrito, pues estoy en situación de servicios especiales con reserva de plaza. Son ya veinte años de servicios en la DGRN, pues accedí en el año 1998 por concurso oposición entre notarios y registradores. Creo que en efecto mi experiencia como letrado adscrito se tuvo en cuenta en mi nombramiento y en todo caso me ha servido mucho por el conocimiento que tenía de la institución. Hoy en día dispongo de un gran equipo de notarios y registradores adscritos, en comisión y colaboradores sin los cuales el centro directivo no podría dar abasto en su ingente tarea y además con un altísimo nivel doctrinal reconocido por todos.

Usted ha estado vinculado a la Revista Crítica de Derecho Inmobiliario y todavía mantiene su cargo de consejero-secretario. ¿Cuál es la aportación de esta publicación al Derecho Hipotecario?

Creo que es la revista de derecho privado de mayor relieve en la actualidad, y no es ajeno a ello el que la empresa editora sea el Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España. Yo creo que es el buque insignia de los registradores en el ámbito doctrinal y académico. Actualmente la publicación en la revista goza de la mayor repercusión en los índices de evaluación universitaria.

También usted ha estado muy vinculado a la Universidad como profesor asociado. ¿Está el Derecho Hipotecario suficientemente representado en la Universidad?

Creo que debe fomentarse la participación de registradores como profesores asociados en las universidades. El Derecho hipotecario o inmobiliario registral no se estudia con suficiente profundidad en la actualidad en comparación con la importancia que tiene en el ejercicio profesional. Y los mejores conocedores de esta importantísima rama del Derecho son los propios registradores.

Entre sus funciones también está el Registro Civil y la nacionalidad. ¿Qué aportaciones se han producido en los últimos años?

Uno de los principales retos que hemos afrontado desde el Ministerio de Justicia es la modernización definitiva del Registro Civil. Se han hecho grandes avances, como la comunicación telemática al Registro Civil de los nacimientos desde los hospitales públicos, que mereció el premio al mejor proyecto telemático de la Administración y que se coordinó desde la DGRN. Se ha licitado el nuevo proyecto de Registro Civil digital, adjudicado ya a una importante empresa líder en tecnología y experta en registro civil. Se trata de evolucionar el actual programa de Inforeg al nuevo DICIREG (Digital Civil Register) totalmente electrónico. La implantación será progresiva y sobre la base de mantener las actuales oficinas del Registro Civil, si bien a cargo de los letrados de la administración de justicia, que sustituirán a los jueces en la llevanza del Registro el próximo 30 de junio de 2018, esta vez ya de manera definitiva. Tras haberse planteado otras fórmulas, ante la falta de consenso social –e incluso corporativo entre registradores- el Ministerio definitivamente ha apostado por la modernización tecnológica del Registro Civil, sin grandes cambios en cuanto a su ubicación y con pleno respeto a los actuales puestos de trabajo y a la gratuidad para el usuario. Eso sí, no se renuncia a la plena coordinación con otras administraciones y al acceso a sus datos de los operadores jurídicos públicos como son notarios y registradores.

Detrás de tres años fuera de la oficina registral, ¿cómo le ha enriquecido su nuevo cargo personal y profesionalmente?

Es un puesto de gran responsabilidad, en el que se aprende mucho de los grandes funcionarios de que dispone la Administración Pública española. La experiencia es muy positiva desde el punto de vista de enriquecimiento profesional. Tengo además la gran suerte de trabajar en un equipo ministerial de la máxima preparación. Desde un punto de vista personal es un gran sacrificio, pero lo asumo en aras del servicio público y del interés general. No obstante no veo que siempre se valore en la sociedad esta dedicación de los profesionales a la res pública y al interés general.

“Creo que debe fomentarse la participación de registradores como profesores asociados en las universidades. El Derecho hipotecario o inmobiliario registral no se estudia con suficiente profundidad en la actualidad en comparación con la importancia que tiene en el ejercicio profesional”

¿El hecho de ser director de Registros y también del Notariado le supone alguna dificultad al tomar una decisión que afecte a ambos colectivos?

Uno de mis objetivos como director general ha sido buscar el consenso entre ambos colectivos. Creo que he conseguido apaciguar antiguos enfrentamientos entre los dos grandes cuerpos de notarios y registradores. Y lo hemos hecho en el convencimiento de que unidos aportamos mucho más al interés general y a los propios intereses de los notarios y registradores, que marchando enfrentados unos con otros. 

Usted ha sido durante muchos años presidente del Tribunal de Oposiciones al Cuerpo de Aspirantes a Registradores. ¿Qué le ha aportado esta experiencia?

Creo que cualquier empresa debe seleccionar muy bien a sus integrantes si quiere tener éxito y prosperar. Los tribunales de oposición son así esenciales en la elección de los mejores. Y mi experiencia como presidente en seis tribunales y secretario en uno más, es que el sistema de selección por oposición es el más justo de los existentes. Es objetivo, justo, ajeno a las arbitrariedades de otros procesos de selección. Y aunque seguro que pueden mejorarse, no deberían nunca desaparecer como modelo de selección. Estoy convencido de que los registradores seleccionados en mis tribunales son los mejores y más preparados de todos los tiempos.

Finalmente, ¿qué podría decir de la función de los registradores en el futuro?

Creo que la seguridad jurídica preventiva que encarnan notarios y registradores seguirá siendo uno de los sistemas mejor valorados a nivel mundial, siempre que se mantenga el nivel de preparación jurídica que desde sus orígenes les ha caracterizado, y se adecúe a los cambios vertiginosos de la sociedad actual. Eso pasa por adaptarse plenamente a las nuevas tecnologías, imponer la comunicación telemática en tiempo real de las cargas existentes, desarrollar plenamente la firma electrónica y estar atento a las nuevas formas de contratación. Hay que ir trabajando en el protocolo y registro electrónico con las debidas garantías. El blockchain y el pago en monedas virtuales son ejemplos de fenómenos que deben ser observados y en el que notarios y registradores deben estar presentes si se quiere mantener el alto nivel de seguridad jurídica que siempre ha caracterizado al sistema español. De momento estos sistemas alternativos de seguridad en la contratación carecen del respaldo del Estado y ni siquiera gozan de un sistema único que impida una diversidad de cadenas de contratación, ni dan fehaciencia del contenido de la transacción. Por el contrario, el Registro de la Propiedad, basado en la documentación pública y en la calificación registral, está respaldado por el Estado en su función de aseguramiento del tráfico jurídico mediante la proclamación de una única cadena de titularidades que desembocan en el principio de fe pública registral. Que siga siendo así es misión de todos.